
Esta mañana pensé en tí.
Estaba sentada junto a la ventana y el sol llegaba directo sobre mi vientre descubierto.
Mi piel estaba tibia y se sentía como una caricia.
Me acordé de tus ojos y tus labios, y quise sentir una vez más tu lengua metiéndose en mi ombligo...
...pero después lo pensé mejor.