26 de marzo de 2008

Persecute








A veces se queda en la cama hasta pasado medio día, creyendo que si no se levanta, podría llegar a despistarla. Otras veces se mete a lugares llenos de gente y se para despreocupadamente en una cola que no avanza durante horas, esperando desorientarla. Hay días en que se sube al metro y emprende el viaje más absurdo, por la ruta más larga, segura de que allí no la podrá seguir. Cambia de rumbo una y otra vez. Arma y desarma planes para ver si logra confundirla.

Nada de lo que haga logra ocultarla de sí misma.

21 de marzo de 2008

Papeles sueltos







Luna llena. Viernes santo. Salir a fumarse un cigarro al balcón y en mi cabeza suena One de U2. Too late, tonight… Mirar las luces de la ciudad y escuchar el sonido de los autos en la carretera. Por un momento me parece escuchar el ruido del mar, y las luces que se amontonan allá lejos son las de una bahía. Cerrar los ojos y escuchar el mar. Abrir los ojos y mirar la luna. Escuchar el mar. Pensar en mañana. Pensar en hoy. Pensar en ayer.
Yesterday, all my trouble seemed so far away… Un gato blanco paseando despreocupado por el medio de la calle. Ser un gato y no pensar en nada. Sentarse majestuosamente en el medio de la calle, debajo de un farol. Un auto se acerca y el gato sigue su rumbo sin rumbo. La luz intermitente, las luces de freno, la suave sacudida provocada por la inercia y automáticamente el sonido del freno de mano en mi cabeza.

Volver a la realidad.

Rescate

o "El día que cinco bomberos se metieron a mi pieza".

Esta es una historia real. No le pasó al amigo de un amigo ni la leí en un foro de mitos urbanos. Me pasó ayer en la tarde, mientras revisaba mi correo.

Resulta que en el departamento de al lado viven tres hermanas, señoras de edad, que por algún motivo nunca han decidido sacar una copia de llaves para cada una, y siempre hay que estar escuchando como se pegan al timbre cada vez que salen.

Ayer dos de las hermanas salieron, y cuando volvieron se encontraron con que su hermana no les abría la puerta. Después de casi una hora de tocar, golpear y llamar por teléfono, empezaron a preocuparse seriamente, porque la hermana en cuestión sufre de vértigo y ataques de pánico.
Deseperadas ante la posibilidad de que a su hermana le hubiese pasado algo, decidieron llamar los bomberos para ver si podían entrar a rescatarla.
Los bomberos obviamente llegaron en cosa de minutos, con todas las sirenas correspondientes y, luego de analizar la situación, empezaron a tocar los timbres de los departamentos vecinos para ver la posibilidad de pasarse por una ventana o balcón.
En vista de que la única ventana de mi casa que da hacia la misma calle que el departamento de las viejitas es la mía, entran presurosamente cinco bomberos a mi pieza, atropellándose unos a otros para ver si es posible un rescate desde mi ventana, o si acaso les convendría más bajar desde el departamento de arriba.
Están en eso cuando en el pasillo aparece la tercera hermana -la que se supone que estaba encerrada adentro-, con cara de no entender nada y dice "Fui a dar una vuelta".

Plop!

Las otras dos hermanas pusieron cara de "trágame tierra" y empezaron a deshacerse en disculpas con los bomberos. El que comandaba la operación, absolutamente engrupido le dice "No se preocupe señora, para eso estamos".

10 de marzo de 2008

Aquí se construye


Santiago y sus edificios se están comiendo al Santa Lucía.
Las grúas, retroexcavadoras y taladros avanzan sin tregua sobre él, y lo amenazan con sus departamentos de 1 y 2 dormitorios. Las estatuas del cerro permanecen erguidas, disimulando el pavor que le provocan las bestias de acero y concreto, mientras las parejas revolotean alrededor, buscando cualquier rincón para ocultarse antes de que lo pavimenten. Los gringos turistas no se dan cuenta, y se pasean con cara de despistados. Encuentran todo beautiful y se sacan fotos en el cerro, aunque de fondo sólo haya balcones y letreros que invitan a visitar al piloto.