
(Fragmento)
…sus pies descalzos van pisando la hojarasca.
Pisa firme pero ligero, en una carrera sin mucha prisa, confundiéndose con el sonido del viento, agitando las ramas y las hojas.
Corre sonriendo, con los brazos abiertos y la frente en alto.
Se mueve entre los árboles sin tropezar ni una sola vez, como si conociera el camino de memoria.
Le pregunto si ha estado antes aquí, si sabe a donde vamos, pero no me contesta. Sólo me mira, se ríe y sigue corriendo.
Siento la tierra húmeda bajo mis pies y pienso que nada más importa. La veo perderse entre los árboles y algo me impulsa a correr tras ella. Siento el viento en mi cara, y no necesito verla para saber donde está. Tampoco necesito fijarme por donde voy. Es como si perteneciera a este lugar…