5 de septiembre de 2006

Tres actos de un cerezo


Segunda parte: ANTES DE LA LLUVIA


Sonríes, pero no como entonces.

Me dices que aún hay tiempo,
tiempo para dar media vuelta,
tiempo para deshacer las maletas,
tiempo para sentarse en la ventana
frente al cerezo,
y contarnos historias esperando la lluvia.

Pero el cerezo ya está seco.
Y yo olvidé como sonreír.

- Lo siento – te digo -
No es cuestión de tiempo.

Tomas mi mano y tus ojos castaños dibujan una lágrima.
- Siempre estaré aquí.

- Lo sé. Es por eso que me voy.

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