
Tercera parte y final: DEL OTRO LADO DEL MAR
Es de noche. Una noche fría y solitaria. La luna se refleja sobre el pavimento y las estrellas parecen enormes luciérnagas estáticas en el cielo.
Me acuerdo del viejo cerezo frente a tu ventana.
Sé que ya no va a florecer. Está viejo y cansado. Pero me pregunto si tú sigues sentado en la ventana, esperando la lluvia.
Tal vez la misma lluvia te hizo olvidar cómo sonreír, igual que a mí. Tal vez te hizo salir a buscar otros mundos. Tal vez partiste lejos. Lejos del lugar donde siempre estuviste, y donde dijiste que siempre estarías.
¿Te habrás alejado del viejo jardín donde te conocí? ¿De todo lo que dejé atrás cuando me fui?
“Siempre estaré aquí.”
Cierro los ojos y trato de imaginarte entre la luna y el pavimento, donde las estrellas se confunden con las luces de la ciudad. Andando por caminos desconocidos y solitarios. Pero no puedo. Sólo te imagino ahí. Sentado frente al cerezo esperando la lluvia.
Quizá algún día vuelva a perseguir mariposas.
Y alguna Phoebis Philea me lleve a tu puerta.
1 comentario:
reportandome, mas luego otro M.
(Caleta de letras)
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