7 de septiembre de 2006

Tres actos de un cerezo


Tercera parte y final: DEL OTRO LADO DEL MAR

Es de noche. Una noche fría y solitaria. La luna se refleja sobre el pavimento y las estrellas parecen enormes luciérnagas estáticas en el cielo.
Me acuerdo del viejo cerezo frente a tu ventana.

Sé que ya no va a florecer. Está viejo y cansado. Pero me pregunto si tú sigues sentado en la ventana, esperando la lluvia.

Tal vez la misma lluvia te hizo olvidar cómo sonreír, igual que a mí. Tal vez te hizo salir a buscar otros mundos. Tal vez partiste lejos. Lejos del lugar donde siempre estuviste, y donde dijiste que siempre estarías.
¿Te habrás alejado del viejo jardín donde te conocí? ¿De todo lo que dejé atrás cuando me fui?

“Siempre estaré aquí.”

Cierro los ojos y trato de imaginarte entre la luna y el pavimento, donde las estrellas se confunden con las luces de la ciudad. Andando por caminos desconocidos y solitarios. Pero no puedo. Sólo te imagino ahí. Sentado frente al cerezo esperando la lluvia.

Quizá algún día vuelva a perseguir mariposas.
Y alguna Phoebis Philea me lleve a tu puerta.

1 comentario:

_DeathDog dijo...

reportandome, mas luego otro M.



(Caleta de letras)