
Trago saliva y miro hacia el túnel. Mi reflejo me mira lánguido desde la ventana. (Estación Los Héroes, lugar de combinación…)
Empiezo a recordar, aunque las imágenes aparecen revueltas en mi cabeza.
Estación Los Héroes. Bajaba las escaleras con el pecho apretado. Algo iba a pasar.
El viaje fue agobiante, no podía pensar.
Estación Departamental. Me estaban esperando.
Es tarde. El vagón va casi vacío. (Estación Universidad de Chile)
Otra imagen.
No podía hacer nada… sólo esperar.
El tren se detiene una vez más. (Estación Baquedano, combinación...)
- “… también lo siento mucho, pero tenía que ser así…”
Las puertas se abren, nadie sube, nadie baja. Túnel. Otra estación.
Martes, dos días después, 10:30am. Una sala atiborrada de gente que no conocía y otras que quizá vi alguna vez.
Seis hombres de negro sacaron el cajón y el resto marchó lentamente tras ellos – manzana I1, bóveda 135, todavía me acuerdo.-
Después de ayudar a bajarlo, su hijo menor dio las últimas palabras (“…estamos despidiendo a un hombre bueno…”)
(Estación Escuela Militar… todos deben descender…)
Nos fallaste.
Nos faltaste.
Camino derecho hacia delante, pero con la vista en el suelo. Mi cabeza tambalea, me siento mareada.
Levanto la mirada, un poco más viva que antes, y camino acompañada.
En realidad nunca te fuiste.
4 comentarios:
a. toda. raja.
muy bien escrito, realmente.
En realidad es muy conmovedor,parece un lamento muy real y logra transmitir un sentimiento muy profundo de pérdida irreparable. Te felicito por poderlo expresar con tanto realismo.
es difícil leerlo sin recordar esos momentos, pero por sobretodo sentir que camina a nuestro lado es un bálsamo que reconforta.
"paso lento, pero firme...", te quiero
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